lunes, 29 de agosto de 2011

Manos

Muéstrame las manos
ábrelas para mí,
reguero de estrellas
deslizándose entre tus dedos
dedos largos y finos
manchados de acordes
que retumban en mis oídos
y transitan cada una de mis fibras
despertándome, alertándome,
electrizante, narcótico, sublime;
muéstrame tus manos:
yo voy a dejarme caer
en tus entrañas desiertas
en la exacta conjunción
de tu soledad y mis ansias
de tenerte, y de quedarme
así, en silencio, escuchándote
y resbalando, lenta e inexorablemente
entre tus finos y largos dedos.

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