lunes, 25 de julio de 2011

Narciso

En realidad no fue de su propia imagen de quien se enamoró. Harto de eludir a Eco (no era a ella a quien su corazón anhelaba) el joven con sangre de río encontró en la fuente la mirada que lo habitaba y lo soñaba lejos en el tiempo y las cartografías
Azogado por el descubrimiento, no pudo demorarlo más y se sumergió para siempre en las aguas de su destino.

domingo, 24 de julio de 2011

La Espera



     Nada más sencillo y a la vez desafiante que esperar. Simple, uno debe dejarse caer sobre digamos, un escalón o el banco de una plaza, acomodar los miembros de una manera más o menos recatada, husmear la cartera para disimular la ansiedad, encender un cigarrillo, quizás dos si la suerte es favorable y quedarse así, como si nada, expectante, imaginando cómo será cuando le veas bajar la calle, tan irreal, las manos en los bolsillos del gabán oscuro como sus ojos, acercándose un paso por vez, y te ve y al fin esa sonrisa que tanto te desvela y ahora está acá, no en una foto, el encuentro algo raro al principio -hola al fin nos conocemos, qué linda, en serio, vos también y tu mano roza sus dedos y sentís que por fin sabés quien sos. 

lunes, 18 de julio de 2011

The Countess

I had this girl
who said she loved Bukowski.
She was clipping
her toe-nails,
humming softly to herself,
her clothes scattered
around
the room.

I looked at her
wondering how sweet
her tongue would taste,
and I approached her
really slowly
and whispered
very gently
in her ear:
"Expectancy has the certainty
of fulfillment ;
Hope always
walks into despair
and sorrow".

sábado, 2 de julio de 2011

Barroco

       

Círculos. Laberintos. Volutas, dibujos, caminos. Senderos mínimos e intrincados, pequeños y caracoleantes rastros que van delineando mis dedos en tu espalda, tu nuca. Te trazo y te borro, te pinto; tatúo con mis uñas milimétricos cárdenos diseños, lúbricas estampas que voy dejando con mis labios y mi lengua.Cada rincón, pliegue, elevación, hondonada, peca, poro, delicadamente ilustrados.

Te exploro y te reconozco con las yemas de mis dedos. Te voy recorriendo sin prisa, lánguida y silenciosa. Cierro mis ojos y mis oídos a tus dudas, y en la perezosa penumbra de la tarde saboreo la acidez de tu sonrisa y la verde frescura de tus ojos.